Karol G, Feid, J Balvin, Ryan Castro, Maluma, Blessd y DFZM.
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Rolling Stone destroza a '+57': "sexualización de menores y narcocultura"

Dura columna para la canción que reúne a Karol G, Feid, J Balvin, Ryan Castro, Maluma, Blessd y DFZM.

La revista Rolling Stone destrozó en las últimas horas a la canción '+57', que reúne a Karol G, Feid, J Balvin, Ryan Castro, Maluma, Blessd y DFZM.

El tema ya estaba recibiendo críticas en redes sociales, por no cumplir las expectativas y la publicidad que generó.

Sin embargo, la revista le dedica una dura columna, arremetiendo contra la "sexualización de menores y la narcocultura", que expresa la canción.

Esta es la columna textual:

Por Martín Toro

La nueva colaboración entre algunos de los nombres más destacados del reggaetón colombiano es, sin duda, un proyecto que llama la atención. Feid, Karol G, Maluma, J Balvin, Blessd, Ryan Castro y Ovy On The Drums se unen para tratar de representar a Colombia con un sencillo titulado, ‘+57’, que rinde homenaje al código telefónico del país. Sin embargo, la expectativa que genera esta reunión de grandes figuras del reggaetón colombiano parece no cumplirse de ninguna manera.

El aspecto más preocupante de ‘+57’ es, como suele ocurrir en estos casos, su letra. En un momento, Feid y Maluma cantan: “Una mamacita desde los fourteen / Entra a la disco y se le siente el ki / Mami, estos shots yo me los doy por ti”.

Es gravísimo que, a estas alturas de la conversación sobre la narcocultura y la cultura de la violación, se sigan tocando libremente temas como la sexualización a menores en las canciones. Sin importar de qué género musical se trate, cantar sobre niñas que “están buenas” no está bien y en lugar de romper con la normalización, este sencillo perpetúa la sexualización de menores. Más teniendo en cuenta que en efecto, la prostitución y tráfico de menores en Medellín es un problema que viene empeorando en los últimos años.

Tengamos en cuenta, también, que algunos de estos artistas han utilizado muchas veces estéticas infantiles en sus portadas para vender canciones cargadas de sexualidad. Ese no es un tema menor.

Este tipo de canciones directa o indirectamente continúan alimentando el imaginario de que “las paisas están buenas”, y por eso los hombres extranjeros creen que Medellín es un destino idóneo para hacer “turismo sexual”.

Sí, es la letra de una canción de reggaetón, pero es seguro que todavía es posible hacer buenas letras que hablen de la libertad de las mujeres y de las maravillas de la vida nocturna para todxs, sin apelar a la sexualización de menores.

Lo que podría haber sido una excelente oportunidad para resaltar aspectos de la cultura colombiana, su música o las experiencias de la juventud en Medellín, termina siendo un repaso de los mismos clichés que hemos visto en muchas otras colaboraciones de reggaetón. Recordemos, por ejemplo ‘Pueblo de Medallo’, de Ryan Castro y Arcángel, en la que dicen: “Directamente desde Medellín, Colombia / Desde Envigado, el pueblo de Pablo, cabrón […] En el Airbnb el culo le rompí / Comió callá’ y la puse a repetir”.

En ‘+57’, a pesar de la presencia de tantos artistas talentosos, ninguno logra destacar de manera memorable. La estructura de la canción, basada en versos repetitivos y líneas genéricas, impide que se luzcan las cualidades individuales de cada cantante. Karol G, conocida por su presencia carismática y su estilo contundente, se queda atrapada en una narrativa monótona.

Feid y Maluma, que han demostrado creatividad en trabajos anteriores, aquí no logran dejar una huella, y lo mismo ocurre con Blessd y J Balvin. Es como si el esfuerzo se hubiera centrado únicamente en producir un tema pegajoso para discotecas, sin ningún valor artístico duradero, que aporta en la estigmatización de la ciudad con líneas como: “Aquí lo que hay es exotic, pepas, guaro, Hpnotiq…”.

¿Qué pasó con el “Sonido Medellín”?

Con todos estos artistas que se identifican con el “sonido de Medellín”, ‘+57’ podría haber explorado más a fondo la identidad musical y social que ha hecho de esta ciudad un epicentro del reggaetón. En lugar de eso, la canción es otra oportunidad perdida para mostrar un lado más innovador o auténtico del género en algo que verdaderamente realce a Medellín, cuna de una generación de artistas que, con talento y una visión única, llevaron el reggaetón de Colombia al mundo. Aquí se quedan en lo más básico y repetitivo.

La producción de Ovy on the Drums, aunque cumple con los estándares comerciales de calidad, tampoco aporta nada que destaque musicalmente. El ritmo es genérico, y no hay nada en los arreglos que nos invite a explorar los sonidos de Medellín o a sumergirnos en una atmósfera distintiva de Colombia. La verdad es que la capital de Antioquia ciudad merece algo mejor.

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